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¿Qué es un epitafio?

Si sigues con cierta frecuencia nuestro blog, habrás podido observar que somos expertos en herencias. De hecho, en nuestras últimas publicaciones te hemos explicado al detalle todo lo que debes saber sobre la figura del heredero universal y otros aspectos relevantes como el impuesto de sucesiones. Sin embargo, no todo lo relacionado con un fallecimiento tiene que ver con cuestiones relativas a la herencia.

También hay otros aspectos igualmente importantes como la lápida, la esquela o el tema que nos ocupa hoy: el epitafio. Sin embargo, lo cierto es que la mayoría de personas no se preocupan de estos detalles pese a que lo conveniente es tenerlos claros antes de que sea demasiado tarde. Así que hoy vamos a detallar qué es un epitafio, cómo poner uno y otros aspectos relevantes como su precio o si es conveniente dejarlo especificado en el testamento.

Epitafio: qué es

Lo primero que haremos en este nuevo post es explicar qué es un epitafio. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), el epitafio es una “inscripción que se pone, o se supone puesta, sobre un sepulcro o en la lápida o lámina colocada junto al enterramiento”. Es decir, se trata de un texto, normalmente de una extensión breve, que se escribe en memoria de alguien que ha fallecido. Y normalmente, como Explica la RAE, suelen colocarse en lápidas o tumbas, así como en las esquelas en las que se hace pública la defunción.

Existen epitafios de todo tipo: desde los que están dedicados a alguien especial, hasta los que son personalizados y muy emotivos. Incluso hay quienes optan por el humor para este recuerdo con el objetivo de sacar una sonrisa a las personas más cercanas en el momento de la despedida. De este modo, puede tratarse de una frase que defina al fallecido, de un recuerdo o, como hemos comentado, de una manera de quitar hierro a un momento tan duro como suele ser el de afrontar la muerte.

Un epitafio es un texto de extensión breve que se escribe en memoria de una persona que ha fallecido

Una tradición muy arraigada

Se trata de una tradición que se remonta a hace muchísimos años y que está arraigada en prácticamente todo el mundo. Sus orígenes se encuentran en civilizaciones antiguas como la egipcia, donde en las tumbas de los muertos se utilizaban como parte del ritual funerario a modo de guía para la otra vida. Con el desarrollo del cristianismo, el epitafio comenzó a tener una connotación más religiosa. Sin embargo, a partir del siglo XVIII adquirió un cariz más intelectual y emotivo, algo que ha pervivido hasta la actualidad.

¿Cómo poner un epitafio?

Ahora que ya sabes qué es un epitafio, lo más normal es que te preguntes cómo poner uno llegado el momento. Lo mejor es que se deje encargado, ya sea a un familiar o a una persona de confianza. De este modo cuando llegue el momento de organizar el funeral también se podrá encargar el epitafio. Otra alternativa es comunicarlo a la empresa con la que se tenga contratado un seguro de decesos, en el propio cementerio o a través de una empresa de lápidas.

Normalmente los precios de este servicio son muy variados y, en la mayoría de ocasiones, depende de la lápida que se elija. Esto es así ya que el grabado del epitafio no suele ser muy costoso. Una lápida puede adquirirse por un precio de unos 250 euros, aunque en caso de que se tenga un seguro de decesos es posible que no haya que afrontar su compra.

¿Es conveniente dejar el epitafio en el testamento?

Muchas personas deciden dejar todo bien atado en lo relativo al fallecimiento. Para ello, elaboran un testamento bastante completo en el que quieren incluir también el epitafio. Sin embargo, esto no es algo del todo recomendable, ya que el testamento solo se obtendrá pasados unos días de la muerte. Por ello, no es conveniente dejarlo escrito en él y es mejor idea encargarlo a otra persona, ya sea un albacea o alguien de confianza.

De este modo no habrá que esperar o estar pendiente de que el testamento salga a la luz y se podrá realizar este trámite sin ningún tipo de complicaciones. Por otra parte, hay que tener en cuenta que incluir un epitafio no es algo obligatorio. De hecho, muchas personas prefieren no incluirlo en sus lápidas y esquelas, mientras que otras prefieren dejar a sus familiares como encargados de su escritura.

Ejemplos de epitafios

Ya hemos detallado antes que existen epitafios de prácticamente todos los tipos. Los que incluyen mensajes religiosos o citas bíblicas, hasta los que muestran un mensaje especial a los familiares. Pero también los hay que buscan el humor durante su despedida. De hecho, estos suelen ser los que más llaman la atención en los cementerios.

Existen algunos que son conocidos en todo el mundo por ser ingeniosos, como los que vamos a contarte a continuación:

  • Perdonen que no me levante”, para Grouxo Marx.
  • Ya decía yo que ese médico no valía mucho”, en el caso de Miguel Mihura.
  • Perdónenme el polvo”, para el poeta peruano César Vallejo.
  • Si no viví más fue porque no me dio tiempo”, del Marqués de Sade.

Algunos ejemplos de otros epitafios cargados de humor son los siguientes: “Crió cuatro preciosas hijas con un solo baño y aún así hubo amor”; “eso es todo, amigos”; “estoy descansando”; “cuantas menos visitas, menos molestias”; “me tomo la última y me voy”.

Conclusión: un recuerdo para siempre

Poner un epitafio no es algo que encarezca la lápida o esquela, por lo que nuestro consejo es que si es algo que te interesa no dudes en hacerlo. De hecho, puede ser una manera de ofrecer un recuerdo bonito para tus seres queridos, además de una seña de identidad propia. Y, en caso de utilizar el humor como hemos visto con los ejemplos anteriores, también puede ser una manera de que los tuyos te recuerden siempre con una sonrisa.

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